"El conocimiento del pasado nos sirve para comprender mejor nuestro presente". Blog personal que busca referirse sobre la actualidad de la disciplina histórica como asi tambien de divulgación histórica sobre acontecimientos, hechos y personajes de la historia argentina y del mundo, a lo largo de los siglos.

29/11/11

Intelectuales, contra esta historia "oficialista"

Duro pronunciamiento de académicos e investigadores
Intelectuales contra la historia oficial

Unos 200 historiadores, profesores universitarios e investigadores con acreditados méritos académicos suscribieron un documento que cuestiona la creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico y denunciaron la intención del Gobierno de "avanzar hacia la imposición del pensamiento único".

Historiadores de la talla de Tulio Halperin Donghi y Luis Alberto Romero, a los que se sumaron Natalio Botana, Beatriz Sarlo, Carlos Altamirano y José Emilio Burucúa, entre otros intelectuales, estamparon su firma para disentir del instituto que destinará recursos oficiales a la reivindicación de Manuel Dorrego, Juan Manuel de Rosas, Martín Miguel de Güemes, Facundo Quiroga, Juan y Eva Perón, e Hipólito Yrigoyen, entre otras figuras a las que el Gobierno les quiere dar dimensión de próceres.

En pocos días se multiplicaron las adhesiones al documento crítico, que redactaron los historiadores Hilda Sábato, Mirta Zaida Lobato y Juan Suriano, para cuestionar la puesta en marcha del instituto que conducirá el ex secretario de Cultura del gobierno de Menem Mario "Pacho"O'Donnell .
Como informó LA NACION el lunes último, el decreto 1880/2011 instruyó a O'Donnell y a los otros 12 miembros de la comisión directiva del instituto a rescatar a quienes "defendieron el ideario nacional y popular ante el embate liberal y extranjerizante".

"Entre los próceres ignorados que hay que reivindicar aparece San Martín", advirtió Marcelo Cavarozzi, doctor en ciencia política e investigador de la Universidad Nacional de General San Martín, al describir a LA NACION las inconsistencias de la iniciativa oficial.
Para el investigador Vicente Palermo, presidente del Club Político Argentino, lo más grave es "la disposición a identificar una corriente y una determinada mirada histórica con el Estado, convirtiéndola en historia oficial".

"Crear una institución estatal cuyo objeto es imponer una forma perimida de hacer historia y una visión maniquea de ese pasado constituye un hecho grave que conspira contra el desarrollo científico y la circulación de diversas disciplinas historiográficas", advierte el crítico documento, suscripto por historiadores de reconocida actuación, investigadores jóvenes y becarios.

Rubrican el pronunciamiento los profesores Klaus Gallo, Horacio Tarcus, Pablo Buchbinder, Andrea Giunta, José Emilio Burucúa, Laura Malosetti, Mariano Plotkin, Eduardo José Míguez, Silvia Finocchio, Andrea Matallana, Fernando Rocchi, Mónica Ghirardi, Inés Tojkind, Pablo De Titto y Beatriz Ruibal, entre otros historiadores.

Sumaron su adhesión, desde otros campos, el sociólogo Marcos Novaro, la profesora en letras María Teresa Gramuglio, el artista Luis Príamo, el cantante Andrés Stagnaro, el poeta Ricardo Ibarlucía, la doctora en filosofía Diana Cohen Agrest y la escritora y periodista Sylvina Walger.

"Nos alarmamos por el contenido del decreto y quisimos compartir nuestra preocupación con los colegas", explicó ayer Hilda Sábato a LA NACION, sorprendida por la rápida respuesta que tuvo en una semana el texto que enviaron por correo electrónico a miembros de la comunidad historiográfica.
Experta en historia política y social de la Argentina, Sábato es profesora de la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Conicet. Lobato es historiadora social, docente de la UBA y autora de estudios sobre la mujer y los trabajadores. Suriano, también historiador social, es un experto en el pasado del anarquismo.

"El documento no es una crítica al Gobierno, sino a un acto concreto, que afecta a la profesión, a la historia como campo de conocimiento", explicó la investigadora, al referirse a "una disciplina dinámica que en los últimos 30 años se renovó y aggiornó, y que responde a los cánones historiográficos de todo el mundo".

El investigador Cavarozzi explicó que la creación del instituto "muestra una visión que no tolera las manifestaciones de las escuelas académicas serias, críticas y sistemáticas" y observó que "ni siquiera se propone hacer revisionismo".

Dijo, al respecto, que "en todos los países de la región se analizan historias comparables para atender las discrepancias entre figuras de la historia, pero no se potencia la confrontación presentándolas como blanco o negro". Coincidió con Palermo en que "lo más preocupante es que aparece patrocinado por el Estado".

DIXIT

"No es una crítica al Gobierno, pero sí a una acción concreta, que afecta a la historia como campo de conocimiento."

HILDA SÁBATO
Historiadora.

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Polémico instituto de revisión de la historia argentina

Polémico instituto / Al rescate de lo "nacional y popular"
Polémico instituto de revisión de la historia

Buscará rescatar lo "nacional y popular"

El mundo académico argentino acaba de ingresar en una fuerte polémica sobre el nuevo relato histórico que se propone instaurar el kirchnerismo. Por medio del decreto 1880/2011, firmado por la Presidenta hace diez días, el Gobierno creó el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, que se propone reescribir la historia argentina a través de algunos de los grandes personajes del pasado.

El instituto es dirigido por el ensayista Mario "Pacho" O'Donnell, ex funcionario radical y ex embajador durante la presidencia de Carlos Menem, y, entre otras cosas, tendrá la intención de "profundizar el conocimiento de la vida y obra de los mayores exponentes del ideario nacional, popular, federalista e iberoamericano", tal como lo señalan los fundamentos del decreto presidencial. Se mencionan personajes a reestudiar, como San Martín, Güemes, Artigas, Chacho Peñaloza y Facundo Quiroga, entre muchos otros.

La medida de Cristina Kirchner provocó ya una fuerte polémica entre reconocidos historiadores, que cuestionan por lo menos tres puntos de la iniciativa. Advierten con preocupación que la tarea estará a cargo de divulgadores de la historia y no de científicos reconocidos en la materia. Señalan además que se ignora aún si el objetivo real no será incorporar estos nuevos relatos históricos en los programas de las escuelas secundarias. Y alertan, en consecuencia, sobre la posibilidad de que esta operación impulsada por la Casa Rosada tenga como meta la instauración de un "pensamiento único" del pasado.

El presidente del instituto les restó importancia a los cuestionamientos y dijo que no se pretende hacer "un texto que se estudie en los colegios". Entonces, ¿qué se busca, es una provocación? "Para nada -dijo O'Donnell, que participa en televisión de campañas publicitarias del Gobierno-. Esta es una corriente que trata acerca de una manera diferente de ver la historia." Explicó que la finalidad del instituto será promover, mediante becas, la investigación, el estudio y la difusión de "otra" historia. "Es una manera distinta de ver la historia, porque los hechos existen, están en el rango de lo objetivo, y después viene la interpretación de las circunstancias. El llamado revisionismo histórico está muy cerca del peronismo. Hay dos movimientos que anticipan al peronismo: el revisionismo histórico y Forja; las grandes figuras, los antecesores, son Saldías, Ibarguren y, ya más cerca, Jauretche, Rosa, Abelardo Ramos..."

Antiliberal

O'Donnell no niega que el actual revisionismo pueda ser concebido como una contracara del liberalismo: "Es verdad que la palabra revisionismo parece definir lo contrario de lo liberal; por eso, yo le hubiera puesto el título de Instituto de Historia Nacional, Popular y Federalista".

LA NACION quiso saber por qué historiadores de la talla de Tulio Halperín Donghi o Norberto Galasso no fueron convocados. "A Galasso lo invitamos, pero él tiene un costado más marxista y no aceptó. En cuanto a Tulio, representa todo aquello con lo que nosotros disentimos", dijo O'Donnell. En su opinión, la historia de Mitre no será cuestionada. "Yo soy un revisionista que nunca ha hecho antimitrismo. Hay una interpretación malévola, porque se piensa que este instituto ha sido legitimado para servir y venerar a Néstor [Kirchner]. Y no es así. Por otra parte, no se puede ocultar que Cristina Kirchner sabe mucho de historia y su orientación es revisionista", dijo.

Sorpresa y estupor fue lo que causó entre la mayoría de los historiadores la creación del instituto. También hubo un cierto regodeo entre aquellos peronistas atávicos y jauretchistas, ávidos de más liturgia.

"Estoy de acuerdo en que todavía falta una visión más objetiva de nuestra historia, pero leyendo los considerandos y contenidos del decreto, todo indica que se perderá, una vez más, por unos y por otros, la oportunidad de buscar la verdad de nuestra historia", dijo Juan José Llach, ex ministro de Educación y ex viceministro de Economía.

En términos similares se expresó desde Ginebra la historiadora María Sáenz Quesada: "Estoy alejada de las andanzas de nuestros neorrevisionistas y escritores puestos a historiadores. Pero la creación del instituto por decreto, en coincidencia con la conmemoración del Combate de la Vuelta de Obligado, tiene más relación con la política que con la historia, como se ve claramente por la denominación elegida, los objetivos propuestos y la composición de sus integrantes". Para Sáenz Quesada, "en el nuevo Instituto prevalece la antinomia historia popular versus historia elitista, y una idea del revisionismo que viene de los autores que, a partir de 1930, imaginaron la «patria grande» si Rosas no hubiera sido derrotado en Caseros por otros caudillos con una visión distinta del federalismo, como era el caso de Urquiza".

El historiador Luis Alberto Romero también fue muy crítico respecto de la creación del instituto. "El Estado asume como doctrina oficial la versión revisionista del pasado. Descalifica a los historiadores formados en sus universidades y encomienda el esclarecimiento de la «verdad histórica» a un grupo de personas carentes de calificaciones. El instituto deberá inculcar esa «verdad» con métodos que recuerdan a las prácticas totalitarias. Palabras, quizá, pero luego vienen los hechos", expresó Romero.

También la ensayista Beatriz Sarlo puso en duda el verdadero objetivo del nuevo instituto (ver aparte).

Los historiadores Mirta Zaida Lobato, Hilda Sábato y Juan Suriano emitieron, por su parte, un comunicado con duros párrafos hacia los intentos oficiales de redefinir la historia. "El decreto pone al desnudo un absoluto desconocimiento y una desvalorización prejuiciosa de la amplia producción historiográfica que se realiza en el marco de las instituciones científicas del país -universidades y organismos dependientes de Conicet, entre otras- donde trabajan cientos de investigadores en historia, siguiendo las pautas que impone esa disciplina científica pero a la vez respondiendo a perspectivas teóricas y metodológicas diversas", señalaron los tres historiadores.

La metodología

Además, objetaron la metodología: "El enfoque maniqueo que el instituto adopta no admite la duda y la interrogación, que constituyen las bases para construir, sí, saber científico". Para Sábato, Suriano y Lobato, "a través de esta medida, el Gobierno revela su voluntad de imponer una forma de hacer historia que responda a una sola perspectiva; se desconoce así no solamente cómo funciona esta disciplina científica, sino también un principio crucial para una sociedad democrática: la vigencia de una pluralidad de interpretaciones sobre su pasado". A su vez, advirtieron que "se avanza hacia la imposición del pensamiento único, una verdadera historia oficial".

O'Donnell lo niega. "La historia oficial nace de ese personaje maravilloso que es Mitre. Alberdi puede ser considerado un precursor del revisionismo por la oposición que tenía con Mitre y Sarmiento, que fue el ideólogo del proyecto oligárquico porteño, cuyas consecuencias hoy sufrimos".

Eduardo Sacheri, novelista y profesor de historia, tiene su propia visión como docente. "En las últimas décadas en las universidades argentinas se ha trabajado mucho en historia, con criterio científico, y se ha tendido a superar los énfasis polémicos. Y me parece que no es una buena hipótesis de investigación partir de categorías como la defensa del ideario nacional y popular ante el embate liberal y extranjerizante, como dice el decreto, ni aludir a próceres".

EN VOZ ALTA

"Este instituto es una corriente que trata acerca de una manera diferente de ver la historia. No se pretende hacer textos para los colegios"
MARIO "PACHO" O'DONNELL
Presidente del Instituto Revisionista

"El instituto, en coincidencia con la conmemoración de la Vuelta de Obligado, tiene más relación con la política que con la historia "
MARÍA SÁENZ QUESADA. Historiadora

"El Estado asume como doctrina oficial la versión revisionista del pasado y descalifica a los historiadores formados"
LUIS ALBERTO ROMERO. Historiador

"No es bueno partir de categorías como la defensa del ideario nacional y popular ante el embate liberal y extranjerizante"
EDUARDO SACHERI. Historiador y novelista .

Mi Fuente
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